Recordando más y más

(Anecdotario)
Angelina Díaz Pamplona Vda. de Valverde (+)

Fue como por el año de 1948 si mal no recuerdo., cuando comenzó a formarse el primer grupo de enseñanza para pequeñitos de entre tres y cuatro años de edad, de lo que sería el Jardín de Niños de mi terruño querido. En realidad eran pocos los niños que asistían, porque en ese tiempo no se tenía la costumbre de mandar a los niños pequeños a la escuela. Recuerdo también que el señor Daniel Añorve Martínez, fue quien impulsó a varias señoritas entusiastas y con deseos de superación , para que de manera improvisada por el momento, iniciaran la formación de un Kinder, siendo así como da comienzo aquel plantel escolar en el que formaron el grupo de educadoras, las siguientes señoritas: Angelita Quezada Vázquez, como directora, Amparito Añorve Noriega, quien conocía de música, era quien con su guitarra acompañaba los cantos de Cri-Cri.
Alpha Oliva, Celina Reina Noriega, y Josefina Castañeda, complementaban el grupo de valientes jovencitas que de manera voluntaria y altruista, emprendieron esa tarea que daría resultados sumamente positivos. La casa donde dio inicio este Jardín de Niños, fue la que pertenecía entonces al señor Alfredo Guillén, y que hoy es propiedad de don Efrén Montero Añorve. Con el tiempo, cuando esta escuelita ya era reconocida por la autoridad educativa estatal, fue instalada en la casa de la familia Aguirre Iralda, hoy propiedad del extinto Moisés Vargas Castellanos y en esos días se llamaba Jardín de Niños ‘’Nueva Era’’.
Por último, ya como por 1960, se había logrado la construcción de un edificio con las aulas necesarias, un pequeño salón de actos, y un espacio para el recreo, pequeño también, pero por lo menos, tanto niños como educadoras trabajaban con un poco más de comodidad.
La construcción de este edificio que es el que hasta hoy conocemos,, fue logrado con el apoyo del gobierno del Estado habiéndose encargado el General Jesús Monroy Eslava (militar que permaneció muchos años al frente del cuartel instalado en Ometepec, cuando aún no había llegado el 48º. Batallón) de que los trabajos de construcción se llevaran a cabo sin abusos ocn el material que se había obtenido.
El terreno donde fue construido este plantel, fue donado por don Germán Miller Reguera, ya que era de su propiedad y según me enteré, el deseo de él y de su familia era que ese Kinder llevara el nombre de su señor madre, doña Laura Reguera de Miller. Por razones que desconozco, esto no sucedió así, pero es bueno tener presente que gracias a los Miller Reguera, se logró obtener un terreno de forma gratuita para construir esa escuela.
Pues bien, en 1960, nuestro paisano ometepequense, el Gral. Raúl Caballero Aburto, en su carácter de Gobernador del Estado, fue el encargado de develar la placa de esa institución educativa, quedando inaugurada como Jardín de Niños ‘’Natalia Aburto Vda. de Caballero’’. Hay un detalle inolvidable para mí.: La directora del Kinder que en ese tiempo era la Profra, María Dolores Bazán de González, dispuso que las palabras de bienvenida y agradecimiento al gobernador, estuvieran a cargo de una de las alumnas de ese plantes, resultando elegida mi hija Thelma, quien contaba con cuatro añito de edad. Mi difunto esposo fue quien le escribió el pequeño discurso, que decía así: ‘’Señor Gobernador, fui nombrada para darle a usted, la más calurosa bienvenida…la más calurosa bienvenida, por habernos dado un edificio que llenará de júbilo a la población infantil. Es por eso señor Gobernador, que toda la chiquillería alegre y bullanguera, jamás lo olvidaremos y llevaremos grabado en la mente y el corazón el nombre de ¡Raúl Caballero Aburto!’’.
Recuerdo, que cuando mi hija thelma decía la última frase de su discurso, el General Caballero, emocionado quizá por la edad de la niña, y su pronunciación que era muy clara o por el color de sus ojos que en ese entonces eran muy azules y que desde que la vio le había llamado mucho la atención, preguntó quién era esa niña (a decir del Lic. Manuel Añorve López, su secretario particular) y al enterarse confirmó que tenía un parentesco con ella, por lo que ya no la dejó terminar las últimas palabras, emocionado la tomó en brazos, la besó, y juntando su cara con la de ella, pidió que tomaran una foto, así como también la película que por esos tiempos era filmada con un tipo de cámara muy diferentes a las que hoy conocemos. Por supuesto este fue un suceso muy comentado en el pueblo y naturalmente a nosotros los papás, nos llenó de satisfacción.