martes, 27 de mayo de 2014

EL PERSONAJE DE LA SEMANA


EMMA CAMERO VÁZQUEZ

* 22 años vendiendo chilate y champurrado.
* Ella prepara uno de los mejores chilates actualmente en el bello nido.
* Se auto define como ‘’muy trabajadora y bullanguera’’.


Resulta muy familiar verla aparecer por la plaza cívica empujando su carrito con tres tambos de chilate (dos de leche y el más pequeño, de agua) bajo los candentes rayos del sol costachiquense. En cuanto avanza tiene que volver a detenerse y atender el pedido de otro chilate, sin siquiera dar voces anunciando el delicioso chilate que vende. Es una figura muy conocida, y una chilatera reconocida, no en balde lleva ya 22 años preparando -como sólo ella sabe hacerlo-la achocolatada y espumosa bebida que da sabor a nuestra costachiquense idiosincrasia.
Fue la necesidad –confiesa- la que la obligó a preparar chilate para vender, sin tener la remota idea de cómo hacerlo ‘’Mi esposo entonces no tenía un trabajo estable y yo ya con dos niños, a quien casualmente les gustaba mucho el chilate…había una señora de La Reforma que venía a venderlo y a veces yo no tenía dinero y ella se los daba y al otro día le pagaba…viendo esto mi mamá me animó a que yo vendiera chilate’’.
Y no solamente fue su madre quien le dio la idea de comenzar a vender chilate, sino que también le dio el ‘’puntero’’ y le dijo como prepararlo. Decidida y entrona, como toda mujer costeña, Emma no dudó ni un momento en iniciar con este negocio para ayudar a mejorar la economía familiar ‘’La primera vez llevé a moler el cacao a un molino e hice todo lo que me dijo mi mamá…empecé a hacerlo de agua, pero al momento de colarlo lo hice con una morrala y me salió muy chañudo, entonces una vecina tenía una coladera pero con la morrala más tupida, la puso doble y entonces ya salía bien remolido…ya luego usé una tela de tusor que le llamamos o ‘’de cielo’’ y ahorita don Manuel Guzmán nos está vendiendo una tela más tupidita…después empecé a hacer el de leche… hacía el de agua y ahí le agregaba la leche, pero doña China Zacatula, una viejita que tenía una tiendita ahí en el mercado, me decía que no era así, que yo lo colara con la leche para que saliera más sabroso…comencé haciendo dos litros de leche, pero después fui aumentándole a dos, cuatro, seis y así conforme iba aclientándome’’.
Tiempo después su matrimonio entró en crisis y finalmente sucumbió, pero lejos de amedrentarse o deprimirse, Emma le echó los kilos y en solamente dos años logró hacerse de una buena clientela, a grado tal que entre semana llegaba a vender hasta 25 litros de chilate de leche diarios y otros tantos de agua y 40 litros de chilate de leche los sábado y domingos. Por esos años doña Emma llegaba al mercado antiguo donde comenzaba a vender esta refrescante y exquisita bebida, para luego bajar por el zócalo hasta llegar a la Casa Verde donde terminaba su producción. Pero desde que el mercado fue reubicado, hace el recorrido desde el Barrio de la Ermita hasta el Hotel Rivera y luego toma la combi para irse hasta el mercado a terminar de vender su chilate; además de que los domingos por la mañana vende el auténtico champurrado de leche.

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