(Anecdotario)
Angelina Díaz Pamplona Vda. de Valverde (+)
Cuentan que el padre Félix Bello recurrió a los tres profesionistas que lo habían enredado en todo ese lío y cachetonamente ellos se rehusaron a apoyarlo, o más bien, decidieron que el sacerdote se las arreglara solo, y como Dios le dio a entender salió bien librado de todos los cargos.
En el año 1962, cuando el grupo que salía de la Secundaria, la mayoría de estos alumnos decidieron ir a la Normal que un año anterior se había formado en Chilapa. Vino gente a Ometepec, así como a otros municipios a promover las becas de 200 pesos mensuales que otorgaban a los alumnos con buen promedio, y que servían para pagar su alimentación. Varias familias de Iguala se dedicaban a asistir a los estudiantes.
Como mi hija Betty se entusiasmó para irse a la Normal, pues yo tuve que hacerme cargo del grupo de egresados de la Secundaria que iba para la Normal. Los padres confiaron en mi para que los acompañara en el viaje y ayudarlos allá a que se alojaran en diferentes casas. Ya estando en Iguala, y colocados cada uno donde mejor les convino, se presentaron a la escuela para el examen de admisión a la hora que les indicaba el horario de clases. Triste fue para ellos, enterarse que para el grupo de Ometepec, se había cancelado el derecho que les correspondía de acceder al examen de admisión. Los muchachos se reunieron y me fueron a ver para comentarme lo sucedido. Al ir a indagar cuál era la causa de semejante determinación se nos informó que eso era resultado de los acontecimientos que ya mencioné anteriormente.
Los chicos se sentían decepcionados y sin saber qué hacer, pero me entero de que el presidente de esa ciudad era Ismael Salmerón, gran amigo de mi esposo. El era originario de Tlacoachistlahuaca y su madre, la señora Salmerón era gran amiga de mi suegra, doña Beatriz López Vda. de Valverde. Sin pensarlo más nos dirigimos al ayuntamiento, pedimos audiencia con el señor presidente quien nos recibió y atendió, demostrando en el acto disponibilidad para tomar cartas en el asunto. Pidió que el grupo de alumnos ometepequenses durmiera en su casa para que a temprana hora, él personalmente los llevara a la Normal.
Nos enteramos también que Israel había apoyado mucho para la fundación de esa escuela, quien sabe si por sus ideas de izquierda, pero el caso es que él les había prometido que les daría más terrenos para que hicieran unas canchas deportivas e incluso nos comentó:
-Si no arreglo esto hoy mismo, no tendrán lo que les prometí.
Y con esto bastó para que los muchachos fueran aceptados para que hicieran el examen de admisión. Es más, Israel me había prometido que en caso de que en caso de que por alguna razón no alcanzaran la beca, él se comprometía a darles casa y comida. Esto lo deben recordar perfectamente, Fabiola Hilario, Marilú López Carmona, y mi querido ahijado Eloy Cisneros Guillén, entre otros, que vivieron a mi lado estas penurias.
Mi hija Betty contaba escasamente con 13 años de edad, mientras sus compañeros eran mayorcitos, pero con Fabiola en especial, había un acercamiento mayor porque a ella la llevé a mi cargo, con la responsabilidad de que ella y mi hija vivirían juntas y así fue durante los tres años, que duró la Carrera de Maestra Normalista. Fabiola brilló siempre como deportistas, y Betty en danza. El baile, decía ella, le hacía menos tediosa su permanencia en la Normal.
Yo recuerdo con mucho cariño y gratitud a este paisano nuestro, ya finado, quien a pesar de tener una ideología izquierdista que no era muy bien vista en ese entonces, nos demostró tener una estupenda calidad humana, ser una persona con un corazón lleno de misericordia y amor por los demás. Recuerdo que en su casa, los días sábados se reunían muchos limosneros y se les repartían comida a todos. También logró formar una colonia para los que carecían de un techo, en un cerrito cerca de iguala.
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