(Anecdotario)
Angelina Díaz Pamplona Vda. de Valverde (+)
A nuestro regreso me quedé en Acapulco, pues quería platicar con mi madre, que ya radicaba ahí. La tía Julieta Méndez vivía en una casa cuyo terreno le había sido confiscado por el gobierno federal, para construir ahí el Hotel del Magisterio, por el rumbo del Fuerte de San Digo, pero como ese lugar era inmenso, le quedó un lote amplio en donde ella vivía y rentaba algunos departamentos.
Le comenté a mi mamá lo de nuestras entrevista en Puebla con el señor Cabañas, todo lo que tratamos y el punto importante de la revelación de su inmenso amor por la ´tía Julieta Méndez. De inmediato mi madre me dijo que podíamos visitar esa misma tarde a la tía Julieta. Así lo hicimos, recibiendo por parte de la tía una bienvenida con infinito cariño.
Fue para ella muy emocionante el conocer que el amor que había existido hacía más de 50 años, siguiera latente en el corazón de aquél hombre. Le dije cual era el motivo de nuestra visita y después de narrarle todas nuestra peripecias vividas, pues las habladurías de ciertas gentes en el sentido de que estábamos haciendo mal uso del dinero y nosotros nos preguntábamos Pero ¿cuál dinero? Si los de la anterior mesa directiva nos habían entregado en ceros. Todo esto aunado a los obstáculos que se nos habían presentado en nuestro intento de construir el edificio de la escuela Secundaria, y por último le comenté que deseábamos su intervención, para lograr que el señor Cabañas accediera a concedernos lo que anhelábamos con tanta vehemencia.
La tía Julieta Méndez nos ofreció escribir una carta para don Manuel Cabañas, pidiéndole como ometepequense, la construcción de ese edificio, Para hacerle llegar esa misiva al sr. Cabañas, emprendimos camino rumbo a Puebla otra vez, el Profr. Luis A. Gil, su hijita Reina y yo. El señor Cabañas no disimuló la alegría que le produjo esa carta y nos dijo textualmente:
-Regresen tranquilos a su tierra, ya estamos dando los terminando de detallas la Ciudad Universitaria y en muy breve tiempo estarán allá nuestros arquitectos para echar a andar esa obra-
¡No cabíamos de alegría! Y así felices y contentos regresamos al Bello Nido. El Profr. Luis, Abelito Ramírez, doña Gloria de Salas, éramos los más felices, pues también habíamos sido los más empeñados en que al terminar nuestro periodo que concluía al mismo tiempo que el ciclo escolar, se entregara la construcción.
Mientras tanto las habladurías seguían y seguían. Recuerdo que en una ocasión, el periodiquito local publicó ‘’Presidenta de la Sociedad de Padres de Familia, desfalcada con 10 mil pesos’’. Los compañeros de la mesa directiva, sabiendo que jamás se manejaron ni mil pesos juntos, además de indignarse por semejante calumnia. Decidimos entonces que el tesorero elaborara de inmediato un informe bien detallado; se convocara a una junta y proponer el cambio de la mesa directiva, aunque confieso que nuestro deseo era ver cumplida la promesa hecha por el
administrador de Fundación Jenkys, antes de entregar la mesa directiva a quienes quizá no continuarían con el mismo entusiasmo de nosotros, la labor que habíamos iniciado. Sobre todo porque se rumoraba, que quien ocupara la presidencia de la mesa directiva de la Sociedad de Padres de Familia, era seguro que se convirtiera en presidente municipal, por tal motivo los que tenían aspiraciones a ser alcaldes de mi pueblo, se peleaban por ser elegidos por los padres de familia y enseguida daban el paso hacia su anhelado sueño de la presidencia municipal.
El cambio de la mesa directiva tuvo lugar en el salón del cine, por la tarde. Entregamos documentos, libro de contabilidad y todo lo que corresponde y que se hallaba en manos del Tesorero, Abeliito Ramírez Neri, quien detallada y muy profesionalmente había hecho su corte de caja. No tengo presentes los nombre de todos los integrantes de la nueva mesa directiva, solo recuerdo que el presidente fue el Lic. Isidro Añorve Morales.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario