miércoles, 23 de julio de 2014

Recordando más y más

(ANECDOTARIO)

Angelina Díaz Pamplona Vda. de Valverde (+)

Nunca supe quien patrocinaba los gastos de esto, pero si aseguro que brindaban gran alegría a todos los paisanos y quizás hasta era contratada para llevarle serenata a la novia. Fue entonces cuando apareció en nuestro pueblo un personaje que se me había escapado de la mente: David González era su nombre, aunque todos lo conocíamos como ‘’David bolero’’ o el ‘’Manito’’ porque usaba mucho esta palabra, y el otro apodo se debía a que practicaba el oficio de bolero.
Con el tiempo él se quedó en Ometepec y estando aquí aprendió el oficio de la peluquería y dejó lo de la ‘’boleada’’ y entonces se convirtió en ‘’David peluquero’’. Era muy popular y conocido en el pueblo, porque su peluquería se hallaba en el mercado viejo, donde había un graderío que usaban las que vendían tortillas y enchiladas, de aquellas dobladitas en forma de triángulo que olían antojablemente. Ahí estaba la peluquería de ‘’manito’’ quien en unión con Arcadia Añorve procrearon varios hijos.
Pasaron muchos años luego de estos acontecimientos, cuando ya de manera oficial, se eligió el lugar donde se adaptaría de manera definitiva el lugar para que aterrizaran los aviones. Esto ya fue como en 1935. Ese lugar que ahora tiene muchos usos, pero que no falta quien siga llamándolo ‘’el campo de aviación’’, ahí fue donde oficialmente se llevó a cabo la inauguración del campo de aterizaje; encabezando esto el Gral. Juan Andrew Almazán, quien en contacto con tío Fidel Guillén (ex diputado constituyente) lograron que desde ese fecha iniciara la ruta México-Ometepec y Acapulco-Ometepec.
Ese día fue un fiestón allá mismo en el campo de aterrizaje. La gente se trasladó desde muy temprano a ese lugar donde construyeron exprofeso enrramadas y manteados donde ya también se encontraban instaladas diferentes vendimias de chilate, aguas frescas, y toda clase de antojitos regionales. Ansiosos esperábamos la llegada del avión, atentos al menor ruido que escuchábamos. Don Germán Miller exploraba a la distancia con sus binoculares que le permitían ver más que a todos los demás. Estaba muy entretenido viendo hacia el firmamento, cuando al divisarse un punto negro en el cielo, se comenzó a escuchar el ruido de los motores y el alboroto de los ahí presentes no se hizo esperar. A cual más quería estar en primera fila, sin importar el peligro que implicaba el aterrizaje de un avión.
Cuando finalmente el avión tocó tierra, tío Fidel Guillén fue el encargado de recibir a los distinguidos visitantes y llevarlos a hospedar a su casa. Fue entonces que con motivo de tan relevante acontecimiento, se realizó un bailé que me atrevo a afirmar ha sido uno de los más elegantes que ha habido en Ometepec y se llamó ‘’El Baile Azul’’,
‘’El Baile Azul’’ se llevó a cabo en la Casa Miller, que era donde se festejaba lo mejor. Los caballeros se habían mandado a hacer con anticipación, elegantes trajes negros y las jóvenes, hermosos vestidos de noche en color azul cielo. Las que todavía no cumplíamos 15 años en ese
entonces, nos concretábamos a ver desde el zócalo, el desarrollo de ese hermoso y elegante baile, que fue inolvidable para muchos. Con esto quedó inaugurada esa primera ruta, que transportaba a cientos de pasajeros en las diferentes rutas que fueron surgiendo posteriormente. Incluso, hubo una ruta ‘’capitaneada’’ por un piloto norteamericano de apellido Schlevenguer y era la Acapulco-Ometepec y a la inversa. Después el Capitán Panini, inició la ruta México-Huamuxtitlán-Ometepec., que también fue de mucha utilidad.

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