lunes, 15 de septiembre de 2014

El personaje de la semana: Jaime Ignacio López Santiago


* De niño modosito y religioso a adolescente rebelde. Decide ser pintor cuando cursaba segundo año de secundaria y abandona sus estudios.
* Estudió pintura en talleres como el Nigromante de San Miguel de Allende en Guanajuato y en Monterrey.
* Integrante del movimiento Hippie, es fachoso y se asume como tal, asegurando que ‘’yo no me visto, me cubro’’.
* Su obra incluye innumerables pinturas y dibujos, pero no le interesa venderlos y mucho menos exponer.
* Es un artista Sui Generis, talentoso, inteligente, intelectual (aunque rechaza este concepto sobre su persona); es irreverente, es talentoso, es un ermitaño, es…Jaime Ignacio, único e irrepetible.

Karmelynda Valverde/Ometepec, Gro.

Jaime Ignacio López Santiago, estudió…y no estudió. Aunque eso sí, transitó por muchas escuelas. Asistió al kinder en el Natalia Aburto Vda. de Caballero. Cursó el primer año en la Primaria Vicente Gurrero; el segundo año en el colegio Juana de Matel, el tercero en la Basilio Vadillo; el cuarto en la Vicente Guerrero, el quinto en el Leopoldo Díaz Escudero de Acapulco y el sexto de nueva cuenta en la Vicente Guerrero.
La muerte de su padre fue quizá su primer gran dolor ‘’Cuando estaba en la Basilio muere mi padre y no reaccioné muy bien supongo, hubo secuelas y fue cuando me manda mi madre a Acapulco a estudiar al Colegio Leopoldo Díaz Escudero, dizque a reformarme y fue peor. Ya en secundaria yo era una verdadera cucaracha de la iglesia, iba a la hora santa, a misa, pero luego con la adolescencia me llegaron muchas críticas sociales a la cabeza y cosas como ¿Por qué el pobre es pobre?..¿Por qué este tiene mucho dinero y por qué aquél no?...empecé a dudar de los dogmas esenciales’’.
Abandonó sus estudios en el segundo año de secundaria pues había decidido ya ser pintor y se fue a San Miguel de Allende Guanajuato a estudiar pintura en el taller ‘’El Nigromante’’, y de ahí a Monterrey donde continuó preparándose en el arte de la pintura. Al regresar a Ometepec muere su mamá y este hecho le pega duro ‘’En ese tiempo hubo mucha turbulencia en mi vida…me pelee con el mundo y pintar me ayudó mucho…la pintura para mi es existencial, fundamental’’.
Jaime Ignacio asegura que pinta poco, vende sus cuadros ocasionalmente, pero la mayoría de las veces los regala a sus amigos ‘’pinto cuando lo necesito, cuando siento la necesidad de expresarme…no lo veo como un oficio, sino como algo muy libre, por eso no firmo con una galería porque no hago compromisos…no entiendo cómo puedo entregar un trabajo bajo ciertas normas.
Hay distintas maneras de la forma de expresarse de un pintor…mi pintura no es anecdótica, no hay una moralina, no hay concepto solo plástica, color forma…me gusta pintar lo que sucede en el momento que agarro el pincel, puede ser una figura humana, un bodegón…hay gente que quiere ser pintada; aquí se da una especie de fotografía hecha a mano, la valoran más en lugar de hacerse una buena fotografía’’.
Jaime Ignacio se asume fachoso y le gusta ‘’no me visto, me cubro, aunque suene a Cita Citable del Reader’s Digest. ¡Por Dios! A mí no me interesa la vestimenta…uso un par de jeans…algunos son de mi sobrino, pero eso de que me ponga determinada ropa, me vea en el espejo y me esté revisando si me queda bien o mal ¡no!...en cierto momento de mi vida fui influenciado por el rock. Todavía pertenezco al movimiento hippie, pero pasa que hay una serie de conceptos idiotas que asocian ser hippie con suciedad. Ser hippie es una ideología, tenemos una muy particular forma de ver el mundo, con la paz no con la mugre. Yo no me intereso mucho en la higiene pero hay hippies muy limpios, fachosos y greñudos, oliendo a patchulí si quieres, pero son limpios. En lugar de usar un dije o una cadena Givenchy nos colgamos un hilo con una semilla’’.
Jaime Ignacio se dice aficionado a la fotografía, pero la realidad es que hace tomas espectaculares, siempre desde una perspectiva artística. ‘’me gusta mucho hacer fotografía, ´porque la foto es inmediata y hay un medio que es la red social donde puedo mostrarlas’’.
Asertivo y de mente ágil como es, asegura que le encanta ‘’guevonear’’ tomando en cuenta el concepto que la mayoría de las personas tienen de esta palabreja ‘’Guevonear no es hacer nada. Yo hago muchas cosas que para la gente son una inutilidad como pintar sin vender, escribir sin publicar es otra inutilidad para ellos. Escuchar música las 24 horas del día es guevonera también, pasarme el día viendo películas de Kurosawa que nadie ve es otra guevonada. El ocio es lo que no te da ni un centavo y en ese sentido ¡soy un guevonazo!’’.
Respecto a los pintores que se dicen muy cotizados, precisa ‘’Pocos pintores tienen la honestidad de decir lo que realmente venden. Normalmente suelen inflar mucho las cantidades. Te hablan de cifras de seis ceros y realmente no es cierto. Los marineros son muy fantasiosos, te cuentan de peces extraordinarios…¡los pintores también!
De su taller ‘’Galgo Morado’’ han salido varios artistas plásticos con los que Jaime Ignacio ha compartido su propia experiencia pictórica. Asegura que le gustaría que los políticos y gobernantes apoyaran más las Artes Plásticas, ‘’Antes busqué financiamiento sin conseguirlo y me harté. Hoy me doy cuenta que basta mi esfuerzo y el de ellos para tener lo que queremos. A mí la proyectitis de CONACULTA me harta, no me gusta. Solo queremos dinero para comprar material ¡y punto! Y si para eso voy a tener que ir y venir, y seguir dando vueltas ¡no me interesa!

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