Entrevistada a las afueras de la delegación de la
Procuraduría General de la República (PGR) en esta capital,
Nava Mancilla recuerda que el pasado domingo a las 5 de la
mañana, afuera de su domicilio en Tlapa, se perpetró el
ataque a su camioneta, a la que le prendieron fuego en las
cuatro llantas con trapos mojados, al parecer, con gasolina,
“otra persona que iba pasando por ahí se dio cuenta que
estaba un sujeto afuera; fue contra mí porque había más
carros estacionados, fue un ataque directo a la camioneta
que yo uso”.
Cuando se le pregunta a la comunicadora a qué atribuye este
ataque, dice que aunque las autoridades correspondientes
tendrán que realizar las investigaciones, detalla que ha
sido objeto de amenazas, “hay un grupo de comunicadores de
la región, Ricardo González Rodríguez, aglutinado en la
Unión de Periodistas Independientes, es el dirigente, junto
a sus allegados, Nicasio Jesús Chepe, Pedro Aburto Cantú y
Jhonny Adán Cantú, desde hace años se han ensañado en
exhibirme hasta en mi vida privada”.
El trasfondo de esos ataques, asegura, es la organización de
un grupo de comunicadores de La Montaña en el Club de
Periodistas, de la que ella es dirigente regional, “a raíz
de esto son las agresiones, no nada más a mí, ha sido una
agresión constante, diaria, solamente sacan periódicos para
ofendernos, para decirnos que somos unos perros, para
exhibirnos en caricaturas, nuestra vida privada de cada uno
de los integrantes”.
Aquí menciona otro nombre: “Félix Sandoval Godoy me agredió,
interpuse una demanda por amenazas, lo mandé citar al
Ministerio Pública para que llegáramos a un acuerdo y dejara
de ofenderme, ese día me habló y decirme que me iba a cargar
la chingada”.
Todo, sostiene, por la creación del Club de Periodistas, que
a su decir está integrada por reporteros “que en realidad
trabajamos y hacemos nuestra labor todos los días”.
Pero hay otro caso de amenaza, que ahora involucra al
Enrique Herrera Gálvez, el actual director del Hospital de
la Madre y el Niño Guerrerenses de Tlapa, al parecer molesto
por notas publicadas en septiembre sobre casos de
negligencia médica en el nosocomio, “no quisieron recibir en
el hospital a una niña que iba quemada, el 1º de octubre
saco otra nota de la gente que trabaja en el hospital en
contra de Enrique Herrera”.
De ahí, revela, “hubo una llamada de intimidación, me
dijeron que le bajara de huevos”.
Además de la delegación de la PGR, la comunicadora dice que
acudiría a la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos
(Coddehum) del estado, así como a la Procuraduría General de
Justicia del Estado (PGJE) para interponer las denuncias
respectivas, “quiero ampliar la declaración, en Tlapa
solamente pude hacer la declaración de hechos del incendio
de mi camioneta”.
De ahí entonces su petición de medidas cautelares, “el temor
es a que regresen a mi domicilio, tengo una familia y temo
que regresen a tratar de hacer su cometido, temo por mi
hijo, por mi vida”.
Por ello, de ocurrirle algo a ella o a su familia dice que
responsabiliza a los periodistas arriba señalados, así como
al director del Hospital de la Madre y el Niño Guerrerenses
en aquel municipio.
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